miércoles, 6 de diciembre de 2017

Mapa de una ausencia


Es una novela de gran madurez que afronta, con una dulzura melancólica pero no carente de ferocidad, temas graves y universales. Es la historia de un abandono y, al mismo tiempo, de una iniciación, de una pérdida de las ilusiones y de una educación sentimental. Cuenta las vicisitudes de un personaje, pero también las de dos países, Italia y Rumanía, donde los empresarios italianos han trasladado sus fábricas por conveniencia. Nos habla pues de la extraña Europa de hoy, que se presenta como el faro de Occidente aunque en ella la iniquidad campe por doquier.



ACTIVIDAD DEL DÍA: coja lápiz y papel, enciérrese en un lugar tranquilo, alejado del alboroto y de las interrupciones, desconecte el móvil y dibuje su mapa de las ausencias. Tómese su tiempo, sé que no es fácil. Usted piensa, rememora, se va muy atrás en el tiempo y empieza a apuntar todos sus huecos, los vacíos que algunas personas queridas fueron dejando. Pasan los años y aumentan los ausentes. Procura que no se le quede ninguno atrás, que nadie quede en el olvido. No sería justo, todos merecemos que nos recuerden. Llega hasta el día de hoy, hasta ahora mismo, y mira el resultado: un mapa de las ausencias lleno de despedidas: el ejército de los invisibles. Quizás llora, quizás decida que ha sido una mala idea esto de ponerle nombre a los que echa de menos, pero tiene una cosa clara: que igual de importantes son los que están que los que se fueron. Guarde el mapa en algún lugar secreto, sólo suyo. Y el que ha hecho este ejercicio de poner en orden sus recuerdos de una forma pública ha sido Andrea Bajani, el escritor italiano que publica en la colección Nuevos Tiempos de la editorial Siruela Mapa de una ausencia, una historia concebida como un homenaje a una madre, a la del propio narrador protagonista, que se lleva toda su vida viendo cómo lo deja solo. Olvidado. Abandonado.
            Empieza esta historia con el viaje del protagonista a Rumanía desde Italia para asistir al entierro de su madre, a la que hacía años que no veía. Es este hecho –con todo el ritual que implica: el funeral, el pésame, el entierro, la recogida de sus efectos personales- la excusa perfecta para recordar, para hacer justicia con su vida y para darse cuenta que su madre llevaba ausente mucho antes de su muerte. Es más, que ella, la mujer que lo parió, lleva huyendo de su hijo casi desde que él tiene uso de memoria. Y es entonces cuando el protagonista le pone palabras a su dolor: los viajes larguísimos e imprevisibles de su madre, las llamadas telefónicas que se iban espaciando cada vez más, las promesas que nunca se cumplían, los silencios, los aviones y los desplantes, la esperanza de que algún día volvería, una cosa en la que ella nunca estaba. Y comprende que su mapa de las ausencias está poblado por un gran y único país, que es su madre, que no puede dejar de visitar. Todos los recuerdos llevan a ella. Todos los viajes terminan en ella. 
            Como habrán podido intuir es un libro íntimo y tierno, centrado en la relación de una madre con su hijo –o mejor dicho, en la falta de relación de una madre con su hijo-, que está estructurado en capítulos cortos y en los que se mezcla presente y pasado. Sobrevuela sus 170 páginas un concepto omnipresente: el asombro de un niño (después será un hombre) ante una madre que huye. El estilo, cuidadísimo, pulido hasta el extremo, apunta a lo poético, se preocupa por la palabra exacta, por el ritmo corto, casi azoriniano. Y encima, está escrito con una gran sensibilidad, con el corazón al descubierto. El argumento se plantea como un viaje a Rumanía, pero no es más que un viaje hasta el perdón, que un ejercicio de reconciliación con la que vida que le ha tocado vivir. No hay grandes escenas dramáticas, no encontramos giros argumentales imprevisibles. De hecho, casi no hay acción, es sólo el funeral y todo lo que precede a su muerte. Es el vacío antes incluso de su desaparición física.
            Mapa de una ausencia es un libro recogido y doloroso sobre un hijo que echa de menos a su madre y sobre una madre que decide que su vida está lejos de su hijo. Es también un libro sobre dos países, Rumanía e Italia, en dos puntos muy diferentes de su desarrollo. Y esta historia, parecida a un puente invisible y enclenque que une de los dos universos, está lleno de dolor y de incomprensión, de esa sensación de estar siempre buscando algo. Y es lo que tienen las ausencias, que nunca se llenan, que uno sólo puede acomodarlas en su vida, como sea. Tienen aquí un libro tremendamente emotivo, bellamente escrito, sobre un grito de auxilio de un hijo, sobre un hombre sin madre. Ah, autores como Vila-Matas o Tabucchi ya han hecho públicas sus alabanzas hacia este libro. 

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